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La era de los combustibles fósiles comienza con la máquina de vapor teniendo como principio de la transformación de la energía proveniente del fuego ha permanecido invariable hasta nuestros días, devorando a lo largo de estos periodos de industrialización, interminables cantidades de recursos naturales que sólo dejan tras de sí dióxido de carbono y escoria. ústa es la era de los hidrocarburos.
Se dice que Zeus obsequió el gobierno de todos los vientos a un mortal llamado Eolo, el cual pareciera a su vez haber dado al hombre la oportunidad de aprovechar la energía que de éste inagotable recurso natural pude sustraerse. En la actualidad, podemos ver algunos instrumentos creados por el hombre y dotados de gigantescas aspas aerodinámicas que accionan los rotores de las llamadas turbinas eólicas, generando el principio de una nueva era energética.
Las visiones terrestres asociadas a la época de los 50 estuvieron fundamentadas en el descubrimiento de una nueva fuente de energía: la nuclear; y con esto la humanidad había iniciado un proceso cuyo potencial era tan inconmesurable que sólo auguraba un futuro sin imposibles, sin embargo también suponía el prólogo de una historia hasta entonces desconocida de destrucción y riesgos. Descubre la enorme cantidad de proyectos que le fueron encomendados al uranio, considerado en su momento como una especie de piedra filosofal.
Su presencia engendra y bendice toda clase de vida que existe en el mundo y abajo, en las profundidades de los océanos, la energía que contiene el agua resulta baldía para los que vemos el sol en la superficie terrestre. La fuerza del agua es limpia y tiene la capacidad de generar más electricidad que cualquier otra fuente de energía, por lo que no es de extrañarse que el aprovechamiento de los cauces fluviales ya se practicara hace 3000 años. Conoce cómo la propia naturaleza con sus ciclos de sequía y pluviosidad se ocupa de renovar el almacén de energía eléctrica.
Pequeñas briquetas de madera para generar calor, paja para generar electricidad, aceite viejo de cocina para los autos y desechos de madera para sistemas de calefacción a distancia, son algunos ejemplos de la utilización de la biomasa como energía, la cual se basa en el aprovechamiento de la energía química que aún se encuentra almacenada en la materia orgánica de las plantas y vegetales después de su proceso fotosintético.
La voracidad energética de más de 6 mil millones de personas en el mundo arroja a la atmósfera 35 millones de toneladas de dióxido de carbono a un planeta que a larga no puede soportar. Es por eso que en la actualidad existen las llamadas plantas de energía solar, donde con la ayuda de colectores solares demuestran que se pueden concentrar los rayos del sol para trasformarlos en energía eléctrica realmente renovable.