Los aranceles propuestos por el Presidente Donald Trump a los productos de México y Canadá afectarían más a los proveedores automotrices que a los fabricantes, pero sus problemas podrían tener un efecto dominó en la industria en general, señaló CNBC.

La mayoría de los vehículos producidos en América del Norte cumplen con los requisitos bajo el Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), pero muchas menos piezas individuales cumplen con los estrictos estándares del tratado comercial negociado por Trump, según datos de informes comerciales federales.

Los productos que cumplen con los estándares, que incluyen principalmente reglas sobre dónde se puede producir una pieza o material, actualmente pueden evitar los aranceles norteamericanos del 25 por ciento hasta que los gravámenes ampliados entren en vigor el 2 de abril.

Hay muchos más proveedores que fabricantes de automóviles, muchos de los cuales solo producen unas pocas piezas, lo que podría causar interrupciones en la producción si se ven obligados a cerrar debido al aumento de los costos.

"Claramente, la cadena de suministro no tiene la rentabilidad suficiente para absorber los aranceles", declaró a CNBC Collin Shaw, presidente de la asociación de Proveedores de Equipo Original de MEMA.

Aproximadamente el 63 por ciento de las autopartes importadas de México a Estados Unidos en 2024 cumplían con los estándares del T-MEC. Esto se compara con el 92.1 por ciento de los vehículos motorizados.

En el caso de Canadá, el 74.6 por ciento de las piezas de vehículos de motor y el 96.9 por ciento de los vehículos se importaron libres de aranceles en virtud del T-MEC en 2024. Eso incluye a 170 proveedores de piezas canadienses que operan instalaciones en 26 estados, según la Asociación de Fabricantes de Piezas Automotrices de Canadá.

Para cumplir con el T-MEC, el 75 por ciento del contenido del vehículo debe provenir de Estados Unidos, Canadá o México, con requisitos adicionales, como que el 40 por ciento de las piezas principales y el 70 por ciento del acero y el aluminio deben provenir de la región.

Las piezas que se producen para un vehículo influyen en la conformidad de todo el automóvil o camión, pero muchas piezas importantes, como motores y transmisiones, se ensamblan localmente, lo que contribuye a la conformidad del producto final. No ocurre lo mismo con piezas como arneses de cables, baterías y otros componentes más pequeños.

Por ejemplo, BMW afirmó que sus vehículos producidos en México no cumplen con el T-MEC, principalmente porque los motores se importan de Europa.

Los proveedores de automóviles se han mostrado inflexibles en su decisión de no asumir el aumento del 25 por ciento en los costos de las piezas que no cumplen con el T-MEC, aranceles que podrían sumarse a los impuestos al acero, el aluminio y otros materiales.

Swamy Kotagiri, director ejecutivo de Magna, un importante proveedor global de fabricantes de automóviles que también realiza parte de la fabricación por contrato para ellos, describió los aranceles propuestos como "absolutamente perjudiciales para la industria".

Durante una entrevista con CNBC el mes pasado, Kotagiri declaró que "dada la magnitud de lo que se está discutiendo y comentando, es absolutamente imposible que los proveedores asuman esto".

A principios de este mes, ejecutivos de Forvia, proveedor automotriz de Francia, afirmaron que la compañía y sus clientes, incluidos los fabricantes de automóviles, han estado elaborando diferentes planes de contingencia para los aranceles.

"Toda la cadena de suministro no puede absorber un 25 por ciento", declaró Martin Fischer, CEO de Forvia. "Los automóviles se encarecerán para los consumidores si los aranceles se mantienen durante mucho tiempo. La industria no puede realizar envíos con pérdidas y absorber un 25 por ciento".