Después de un mes de prórroga, la industria automotriz estadounidense se enfrenta nuevamente a aranceles del 25 por ciento sobre las importaciones de México y Canadá, gravámenes que inyectarían costos a la altamente integrada cadena de suministro norteamericana de la industria, destacó The Wall Street Journal.

El diario dijo que los aranceles aumentarían los costos de los vehículos fabricados en el extranjero y en Estados Unidos, porque incluso los automóviles nacionales incluyen una cantidad significativa de piezas y contenido del extranjero. Los analistas estiman que los gravámenes a México y Canadá por sí solos podrían sumar alrededor de 3 mil dólares al precio medio de los coches estadounidenses. Panorama comercial de la industria en América del Norte: Un poco más de la mitad de los vehículos vendidos en Estados Unidos se construyen en ese país. México es el mayor importador de vehículos terminados a Estados Unidos. Las otras fuentes extranjeras importantes de vehículos son Corea del Sur, Japón, Canadá y Alemania. Fabricantes dependen de México y Canadá para las ventas en EU

Casi una cuarta parte de los vehículos de pasajeros nuevos vendidos en Estados Unidos en 2024 se ensamblaron en México o Canadá. Los fabricantes de automóviles con una dependencia superior a la media de los dos países incluyen a Volkswagen, Stellantis, Honda y General Motors.

Muchas piezas extranjeras Aunque Tesla fabrica todos sus automóviles vendidos en Estados Unidos en el país, esas unidades incluyen aproximadamente el 20 por ciento de las piezas y componentes de México, según un programa de etiquetado de automóviles exigido por EU y supervisado por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras. Los autos nuevos ya son caros Los aranceles sumarían costos en un momento en que los precios de los vehículos estadounidenses siguen siendo elevados después de aumentar durante la pandemia de Covid-19. El precio promedio de unos 44 mil dólares ha aumentado un 25 por ciento desde 2019. Los aranceles de Canadá y México añadirían un promedio de 3 mil 125 dólares en costos por vehículo, dijeron los analistas de JP Morgan en una nota de investigación. No está claro qué parte de esos costos sería absorbida por los fabricantes de automóviles y sus proveedores frente a la que se trasladaría finalmente a los compradores de automóviles.