En un acto de profunda devoción y tradición, cientos de familias participaron en más de 40 viacrucis que se llevaron a cabo este Viernes Santo en las calles de León.

Esta representación de la pasión y muerte de Jesucristo fue una oportunidad para fortalecer los lazos familiares y transmitir la fe a las nuevas generaciones.

La señora Marta Araceli Hernández, recordó con emoción su primera participación en un viacrucis a los 10 años.

“Lo recuerdo perfectamente, era muy bonito, recorríamos muchas cuadras desde Santa Rosa de Lima hasta Presidentes de México. Mi madre me llevaba y ahora traigo a mis hijos y a mis nietos para que vivan esta misma devoción”, compartió durante el Viacrucis del Centro de León.

Para Marta, estos momentos son fundamentales para inculcar en sus hijos la importancia de mantener vivas estas tradiciones.

“Estamos aquí mi familia y yo para vivir y enseñarles a ellos que sigan con esta devoción porque no la debemos perder, entonces yo estoy inculcándole a mi familia para que no se pierda”, afirmó.

Por su parte, María Fernanda Gómez, una niña de 11 años que participó por primera vez en un viacrucis, expresó su entusiasmo: “Quiero disfrutarla y vivir otros viacrucis. Nunca había ido y ahora me siento muy emocionada”.

Su padre, Fernando, de 49 años, resaltó la relevancia de transmitir estos valores a las nuevas generaciones.

“Es importante regresar a los valores, mostrarles a los niños quién fue Cristo y qué representa su historia. La fe y las tradiciones deben vivirse y transmitirse de generación en generación”, compartió.

Desde la infancia, Juana Antonia García, ha participado en estas procesiones junto a sus padres en el Barrio de San Miguel. Ahora, acompañada de su hija vive con intensidad esa misma devoción.

“Es una emoción muy grande para nosotros sentir el dolor de Cristo, no hay palabras para expresarlo”, comentó.

El viacrucis no solo representa una manifestación de fe, sino también un acto de unión familiar y cultural que fortalece la identidad en la comunidad.