Ante este panorama, la doctora Susanne Smolinska, especialista en Salud Mental, explicó que es importante poner atención en las interacciones que realizamos con este tipo de herramientas.

“Se hizo un estudio muy reciente sobre el impacto de estos dispositivos que actualmente nos contestan amablemente. Uno puede ser grosero con Alexa o cualquier dispositivo y ellos te contestarán con gran amabilidad”, comentó.

Sin embargo, en el día a día esto no ocurre, pues en nuestros entornos, nos encontramos con personas que no siempre responderán de la misma manera.

La reacción de nuestro cerebro ante esta diferencia de estímulos, es la poca tolerancia a la frustración, la cual podría crecer de generación en generación.

“Ustedes creen que actualmente somos bastante sensibles a los comentarios. Imagínese en 10 o 15 años cuando estemos acostumbrados a socializar únicamente con un dispositivo electrónico”, expresó la doctora Smolinska.

Otras herramientas que repercuten en el desarrollo de las personas son las redes sociales.

“Se ha visto un impacto impresionante sobre el clima de perfección que causa infelicidad, ya que publicamos todo aquello que nos hace felices, más no lo contrario”, comentó.

Finalmente, compartió que los más afectados son los más pequeños, que suelen pasar horas pegados a estos aparatos, por lo que recomendó buscar alternativas para dosificar el tiempo que ocupan esta tecnología y monitorear con quienes se relacionan.