Por: Jorge Rodríguez.

En un mundo donde el tatuaje era tradicionalmente dominado por hombres, mujeres como Jazmín "Ramonela" Vargas están abriendo camino y transformando el panorama en León, Guanajuato. Jazmín, madre de un niño de 5 años, encontró en su pasión por el tatuaje una forma de empoderarse y ofrecer un espacio seguro y cómodo para otras mujeres a través de su estudio, Señorita Doberman.

"Yo decidí armar este estudio para convivir más con mi hijo y poder cuidarlo", explica Jazmín. Pero su misión va más allá de lo personal: "La idea principal era que las mujeres también estuvieran a gusto en un estudio, sin problemas de acoso, ya fuera por tatuadores o clientes", añade.

Aunque tuvo grandes maestros en el arte del tatuaje, Jazmín también enfrentó retos que marcaron su trayectoria. Las experiencias incómodas en el pasado la impulsaron a enseñar este arte a más mujeres y demostrar que los estereotipos ya no tienen cabida en esta industria. "El darte la pauta para aprender a tatuar solía incluir insinuaciones y condiciones, y eso me motivó a cambiar las cosas", relata.

Su talento y dedicación la han llevado a participar en exposiciones y a recibir reconocimientos. Además, ha sido testigo de cómo la percepción sobre las mujeres tatuadoras ha evolucionado. "Ya no es algo raro. La gente respeta el trabajo de las tatuadoras, porque tenemos esa delicadeza de ver más detalles en un trabajo," comenta Jazmín.

Más allá del arte, Jazmín destaca la conexión emocional que se establece con cada cliente: "Cada tatuaje tiene un impacto, no solo es una historia del cliente, es cómo se siente en ese momento. Somos como psicólogos," reflexiona.

Sin embargo, Jazmín también enfatiza la importancia de la profesionalización en el oficio. "Un tatuador debe contar con permisos de Cofepris, cursos de primeros auxilios, asepsia, e incluso vacunarse. Esto garantiza la seguridad del cliente y eleva la calidad del servicio," explica.

El mercado del tatuaje sigue creciendo, y con él la necesidad de espacios responsables y seguros. Gracias a mujeres como Jazmín, esta industria no solo se llena de tinta, sino también de talento, sensibilidad y profesionalismo.

Si estás buscando darle vida a tu piel con tinta y arte, Señorita Doberman es el lugar ideal. Sigue su trabajo en redes sociales y conoce más de esta inspiradora artista que está dejando huella, una línea a la vez.