En 2020, su mamá comenzó a perder la memoria, al mismo tiempo que Perla Morales empezó a olvidarse de sí misma.

“Soy cuidadora primaria de mi mamá, en ocasiones es una labor pesada porque requiere de toda tu atención, es un trabajo 24/7. Una de las pérdidas que yo tuve fue mi privacidad, ahora tengo que adaptarme a ella y buscar la manera en que yo también piense en mí.

“A veces es más importante atender al cuidador que al familiar, porque muchas veces se enferma primero el cuidador”, expresó Perla Morales.

Han sido cinco años desde que Perla dejó su trabajo como coach en desarrollo organizacional en Ciudad de México y se mudó al estado de Guanajuato tras el fallecimiento de su papá y de recibir la noticia del diagnóstico de su mamá Domitila Chávez: Alzheimer.

La soledad y la falta de actividad aumentan la posibilidad de desarrollar Alzheimer, señaló la directora del Instituto de la Memoria en León, Aurora Trejo.

“Hay varios factores de riesgo y uno es la soledad. El estar aislado es un hecho que puede predisponer a que la persona desarrolle algún tipo de demencia”, explicó Trejo.

En el Instituto de la Memoria pasaron de atender 15 pacientes en 2020 a aproximadamente 140 pacientes en 2024, de los cuales el 40% es diagnosticado con Alzheimer o demencia vascular, y el 60% son personas que acuden de manera preventiva.

De acuerdo con el IPLANEG, la población adulta mayor en Guanajuato asciende a 580 mil 767 personas, de las cuales el 46% son hombres y el 54% son mujeres, y desde el 2023, la Secretaría de Salud registra 70 casos de Alzheimer.

Aurora Trejo explicó que a raíz de la pandemia se ha creado mayor conciencia en la detección de factores clave como la pérdida de la memoria a corto plazo; cambios en el estado de ánimo; problemas de orientación como no saber en qué día o lugar vivimos; y fallas en el lenguaje desde no recordar el nombre de las cosas hasta tener un discurso incongruente.

No es lo mismo decir Alzheimer, que demencia. Trejo señaló que la diferencia principal es la forma en cómo aparece la enfermedad. La primera se debe a la presencia de la proteína beta-amiloide y tau que se acumulan en el cerebro, mientras que la demencia vascular puede ser ocasionada por lesiones o enfermedades crónicas como hipertensión y diabetes.

Invitar a una persona a tomar clases de activación física, dibujo y tanatología puede transformar su vida. Hace tres años, después de pensionarse como asesora de venta de autos, la señora Mari Vázquez, a sus 67 años, aceptó la invitación de acompañar a su amiga al Instituto de la Memoria.

“El retirarme de mis actividades hizo que me diera un poco de depresión, y venir aquí me ayudó mucho porque comprendí que no estaba vieja y que podía hacer muchas cosas. Me gusta venir y socializar porque aquí tengo muchos amigos y compañeros, además estoy previniendo un Alzheimer”, compartió Mari.

La señora Domitila, a quien le dicen de cariño Doña Domi, no es la única que acude al Instituto, sino también su hija Perla, quien encontró una red de apoyo y un lugar ideal para mejorar la calidad de vida de su familia.

“Cuando descubrí que había este tipo de instituciones y una calidad médica en León no dudé en cambiarme, porque ni en la Ciudad de México encontré una calidad médica así. Me gusta que tengan este enfoque hacia el adulto mayor.

“Alguna vez un doctor me dijo que tal vez Guanajuato o León podría ser un Houston de la República Mexicana, y que querían que sea reconocido por su calidad médica. Yo creo que van en muy buen camino para que así sea”, afirmó Perla Morales.