La vida de un pequeño leonés quedó marcada tras la existencia del payaso Paquín y su hijo el payaso Caramelo, la emoción de verlos actuar y divertir a chicos y grandes inspiró al hoy payaso Charchetin a convertirse en uno de los mejores, pese a que nunca se lo imaginó, pues asegura que solo era entusiasmo y admiración lo que le hacía sentir ese oficio.

Pero como en toda historia de éxito, hubo momentos difíciles. El payaso Charchetin en su juventud migró a los Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida. Al paso de los años regresó a su lugar de origen y se dedicó a conducir taxis ejecutivos, en uno de esos viajes conoció a un payaso con el que quedó en ser su chofer oficial para cada una de sus presentaciones.

Consciente de que siempre fu fan de los payasos aceptó quedarse en cada uno de los shows de su pasajero y fue ahí que le surgió el interés de convertirse en uno de ellos.

“Un día le dije al payaso que llevaba como pasajero, yo quiero ser payaso, y él me dijo, no, no tienes gracia, no creo que pegues”. “Si me afligí pero continúe llevándolo a eventos, hasta que me decidí a ser payaso”, recuerda Charchetin.

Motivado por la emoción de convertirse en un gran payaso y el apoyo incondicional de su familia, encargó sus trajes a un proveedor de la CDMX, así como su herramienta de trabajo necesaria para comenzar con sus propios eventos.

Charchetin cuenta que su nombre salió de un instrumento de viento que uno de sus hijos aprendía a tocar, “la charcheta”. A su vez su hija de 11 años lo acompañaba en cada show y se unió para darle vida a la payasita “Flakis”.

“Mi papá siempre me ha enseñado que cada show debemos iniciarlo como si fuera el primero y el último y siempre con una sonrisa, que es lo que caracteriza a un payaso”, indicó la payasita Flakis.

Con 9 años en el mercado, Charchetin ha convertido a este payaso en un negocio familiar en el que su esposa es la pinta caritas oficial y sus hijos son DJ, community manager y botarguero, así como su hija la payasita Flakis.

“Y toda la empresa es familiar, entonces el slogan salió de mi esposa y cuando llegábamos a un evento decían “Charchetin es lo de hoy”, ahora, en estos tiempos, mis clientes me dicen Charch, Charchi”, comentó el payaso Charchetin.

Charchetin sabe que el oficio de payaso es difícil, por el público actual que prefiere la tecnología a lo tradicional, por eso a cada presentación le da su toque único y le agrega innovación.

“Yo pienso que si Dios me presta vida, mínimo unos 60 años más seré payaso, innovando, creando nuevos personajes, nuevos shows y cada día haciendo que Charchetin crezca”, añadió.

Convencido de que algún día lograría avanzar en su proyecto de vida de la mano de su familia, el payaso Charchetin hoy es reconocido entre el gremio, por eso es IMPARABLE.

“Yo quiero invitar a la gente a que luchen por sus sueños para salir adelante, aquí tienen un ejemplo, Charchetin va creciendo en algo que nos apasiona. No hay necesidad de irse a otro país, en Guanajuato hay oportunidad”, apuntó.

“Lo mejor es cuando te aplauden al final del evento, sobre todo cuando vas iniciando, ver que si los hiciste reír es lo mejor”, menciono Flakis.